La concentración bancaria en España sigue su curso con la reciente aprobación de la fusión de Unicaja Banco y Liberbank, cuyo resultado será una entidad que ocupará el quinto puesto en el ranking de bancos más grandes de nuestro país.
El nuevo banco tendrá un volumen de activos de unos 110.000 millones de euros, con una aportación de 63.000 por parte de Unicaja y 45.800 de Liberbank.
Lo que parecía haber terminado en tragedia con la ruptura del consejo entre Unicaja y Liberbank el pasado 19 de diciembre por las diferentes sensibilidades existentes entre los administradores, ha terminado en final feliz con un visto bueno remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Unicaja, el banco que absorbe, dispone de 6.200 empleados y 1.000 oficinas, mientras que Liberbank abarca 3.700 trabajadores y alrededor de 580 sucursales.
La sede social del nuevo banco se ubicará en Málaga, domicilio de Unicaja, que además de en Andalucía presenta una huella más relevante que en Castilla y León. Al margen de en esa ciudad andaluza, habrá centros operativos en Madrid y en Oviedo, fundamental para el negocio de Liberbank (originada por la confluencia de Cajastur-Banco CCM y las cajas cántabra y extremeña).
La marca del grupo será en principio Unicaja Banco, si bien el nombre comercial de Liberbank se preservará en sus territorios tradicionales.
A excepción de en Cáceres y Ciudad Real, ambos bancos no se solapan geográficamente, pero aun así el coste de fusión del futuro banco formado por la unión de Unicaja y Liberbank será de 540 millones de euros, de los que el 70%, 378 millones, irá destinado al cierre de oficinas y reducción de plantillas.
El futuro Unicaja Banco no estará presente en Baleares ni en Canarias y, además de ser el quinto mayor banco de España, será el sexto en términos de crédito bruto a los clientes.
La transacción permitirá a la entidad combinada ganar tamaño relativo de cara a afrontar de la mejor manera posible los desafíos a los que se enfrenta el sector, incluyendo los que se derivan del entorno económico, los actuales niveles de tipos de interés, así como el continuo proceso de transformación y digitalización. Está previsto que la entidad combinada cuente con ahorros recurrentes de costes de aproximadamente 192 millones de euros anuales (de forma plena a partir de 2023), lo que permitirá mejorar significativamente la ratio de eficiencia en 11 puntos porcentuales.
Con esta operación se da un paso más en el proceso de concentración bancaria iniciado hace años y que en 2020 y 2021 experimentará grandes avances con la absorción de Bankia por CaixaBank.
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