“Quis custodiet ipsos custodes?” (“¿Quién vigila al vigilante?”), planteaban Platón y Sócrates. Es imposible no recordar esta locución al enterarse que Luis Pineda, el presidente de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc), ha sido condenado por la Audiencia Nacional a ocho años de cárcel, cinco por un delito continuado de extorsión y otros tres por un delito de estafa, más indemnizaciones a un total de 13 entidades, entre las que se encuentran BBVA y CaixaBank.

El secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, también ha sido condenado a otros cuatro años, y con ellos, el adjunto a la Presidencia de Ausbanc, Ángel Garay (un año), y a la directora del departamento jurídico, María Mateos (seis meses).

El delito: extorsionar a entidades bancarias y empresas para que les pagasen a cambio de evitar acciones judiciales o campañas de descrédito en su contra.

Modus operandi del condenado

La sentencia detalla cómo, de manera simultánea a las demandas colectivas, Ausbanc propiciaba acuerdos para la solución extrajudicial de los conflictos. Así, el ejercicio de la acción colectiva era un “mero instrumento” para que las entidades accediesen a las pretensiones económicas formalizadas a través de convenios publicitarios en las revistas de Ausbanc, estudios de mercado que elaboraba la entidad con las quejas y reclamaciones de los consumidores, patrocinios y otros eventos.

Si los bancos y entidades financieras rechazaban la extorsión del condenado Pineda, desde Ausbanc se iniciaba una campaña para perjudicar su reputación, bien a través de noticias falsas, bien a través de la “difusión hiperbólica” de un acontecimiento aislado de una entidad en cuestión, incluso convocando manifestaciones a la puerta de su sede.

Colaboración entre Ausbanc y Manos Limpias

Como esta actuación limitaba a Ausbanc a los procesos civiles, Pineda se alió con Manos Limpias para que, como acusación popular, se personase en procesos penales con gran repercusión mediática.

“Con ello, a cambio de nutrir Ausbanc de fondos a Manos Limpias, que vivía en gran medida de aportaciones gratuitas, Miguel Bernad dio entrada al acusado Pineda para que se personase en procesos penales en la exclusiva idea de solicitar a investigados sumas dinerarias para acrecentar las arcas propias y del Grupo Ausbanc a cambio de instar la desimputación de los mismos o apartarse del procedimiento, siendo dicho proceder compartido por ambos, así como puesto en marcha por uno y otro”.

Manos Limpias articulaba las denuncias y Ausbanc daba las órdenes.

Empresas y bancos afectados

La sentencia recoge la actuación de ambos condenados con la mayoría de entidades bancarias  (BBVA, Cajamadrid, Credit Services, Novagalicia Banco, Catalunya Banc, Unicaja, Banco Sabadell, Banco Santander, Caixabank, Liberbank, Caja León, Caja Jaén, Banco Ceiss, Barclays, Caja Castilla La Mancha, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Cajasur, Banco Caixa Geral, Bankia, Mare Nostrum, Banca March o Citibank), empresas como Gas natural, Fenosa, Nissan, Volkswagen o Europistas.

En concepto de responsabilidad civil, Pineda deberá indemnizar a un total de 13 entidades: a BBVA, con 1.524.565 euros; a Unicaja, con 904.328 euros; a Caixabank, con 24.200 euros; a Liberbank, con 1.499.918 euros; a Nissan Ibérica, con 36.300 euros; a Barclays, con 149.750 euros; a Caja Castilla la Mancha, con 332.000 euros; a Europistas, con 406.000 euros; a Cajasur, con 266.200 euros; a Cajavital, con 546.701 euros; a Bankia, con 586.850 euros; a Caja Rural del Sur, con 576.302 euros, y a Banca March, con 38.115 euros.

Los absueltos del proceso

La Audiencia ha absuelto de todos los delitos a los otros seis acusados: la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete, y los directivos de Ausbanc Alfonso Solé Gil, María Teresa Cuadrado, María Isabel Medrano, Rosa Aparicio y Luis Suárez Jordana. Se les acusaba de organización criminal, extorsión, denuncia falsa, amenazas, estafa, blanqueo de capitales y administración desleal.

Hay que señalar que, a pesar de las elevadas condenas, Pineda y Bernad también resultan absueltos de la mayoría de los delitos por los que fueron juzgados. En concreto, en el caso del presidente de Ausbanc, de los de organización criminal, acusación y denuncia falsa, fraude y estafa procesal y administración desleal, mientras que en el caso del secretario general de Manos Limpias queda exculpado de los dos primeros delitos y, además, de amenazas.

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