Los responsables de grandes entidades financieras españolas como son Banco Santander, BBVA y CaixaBank han acudido a Bruselas para expresar a las autoridades europeas su preocupación por la desregulación de las fintech y exigir que haya competencia en igualdad con este nuevo sector.

Igualdad de condiciones

La presidenta del Santander, Ana Botín, su homólogo del BBVA, Francisco González, y el máximo responsable de CaixaBank, Jordi Gual, presentaron sus propuestas en el marco de una reunión del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).

Para Botín el problema no es tanto la competencia, sino la necesidad de competir en condiciones de igualdad, de una “competencia justa”. La responsable del Santander, que habló en el panel sobre mercados financieros, indicó que las plataformas reunidas en ese marco son “más abiertas” que las grandes tecnológicas y denunció que “no hay reglas del juego uniformes”.

Por su parte, el presidente del BBVA, presente en la misma mesa, apuntó a la urgencia de establecer una arquitectura legal que responda a las nuevas necesidades en materia de control de datos, haciendo referencia a las filtraciones de Facebook y a que, “quien controla los datos, controla el mundo”.

González habló de ciberseguridad, infraestructuras en la nube, privacidad de datos, etc. y la importancia de contar con unos principios comunes a nivel europeo.

CaixaBank y las big tech

En la misma línea se ha pronunciado varias veces el responsable de CaixaBank, Jordi Gual, que ya viene diciendo desde hace meses, y así lo señaló en Forinvest en marzo en Feria Valencia, que la competencia de la banca no viene solo de las fintech, sino de las big tech como Facebook, Google o Amazon.

Para Gual todas estas grandes compañías tienen en común su capacidad de innovación y desarrollo de nuevas tecnologías con una base de clientes que les permite acceder a una gran parte del mercado. Además de que gozan de cierto trato de favor por parte de los legisladores.

Amenaza para el banquero

El banquero tradicional parece sentirse desafiado con la irrupción de las fintech en terrenos que hasta el momento solo le competían a él, como los medios de pago, y recurre a las autoridades a pedir auxilio e igualdad.

Por una parte estoy de acuerdo con sus peticiones, pero no puedo evitar esbozar una sonrisa sarcástica al ver que todas estas reclamaciones las hacen ante el mayor lobby bancario del mundo, y en un momento en el que grandes bancos siguen gozando de los mismos privilegios legislativos de siempre.

Como he venido señalando siempre en este blog, la legislación debe ser garantista con el cliente o consumidor, especialmente frente a estafas, fraudes y demás escenarios que puedan provocarle perjuicios. Y ahí es donde no parece que vayan a existir, al menos de momento, condiciones de igualdad.

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