Alquilar a través de Airbnb va a terminar convirtiéndose en un deporte de riesgo con la continua regeneración e innovación de los delincuentes dispuestos a estafar a los clientes de la página.
Y es que la última modalidad de engaño a través de esta exitosa plataforma turística consiste en clonar la propia web y los formatos de los correos electrónicos para timar a los potenciales inquilinos.
En qué consiste el fraude
Es un procedimiento relativamente sencillo, aunque para llegar a él hay que tener grandes dosis de astucia y malicia: el turista se pone en contacto con el propietario de un piso para hacer una reserva sin dudar de él porque en todo momento se trata de propietarios verificados según la web oficial de Airbnb.
El propietario le responde y le señala que está teniendo “problemas con la plataforma” y se ofrece a seguir tratando con él a través del correo electrónico.
A partir de este momento el estafador, que ya cuenta con todos los datos del futuro inquilino, clona la página y las interfaces que aparecen en la pantalla de su víctima para enviarle falsos formularios de pago y quedarse con su dinero.
Hasta llegan a mandar confirmación de pago, por lo que la estafa no se descubre hasta que el inquilino se presenta en la dirección que le han dado y ve que no existen ni la vivienda, ni el dueño.
Para evitar estos fraudes desde Airbnb aconsejan mantenerse en todo momento dentro de la plataforma y alertar ante cualquier movimiento sospechoso que intente hacer un usuario en este sentido.
Otras posibles estafas en Airbnb
En la web de Airbnb recomiendan, asimismo, “examinar detenidamente” cualquier mensaje que se reciba identificándose como empleado de Airbnb, y señalan los tipos de estafa que puede sufrir un usuario de la web.
Una de ellas es la estafa del pago por adelantado, en la que el estafador ofrece una oferta o descuento a la víctima a cambio de que pague por otro medio que no sea la plataforma.
Otra es el clásico phising, en los que se envían correos electrónicos falsos que parecen de Airbnb con el objetivo de incitar a la víctima a proporcionar información confidencial como contraseñas.
La llamada estafa del viaje consiste en que el estafador pide una transferencia o un pago por adelantado para poder asegurarse la reserva apelando a que se trata de un inmueble “demasiado bueno”, tanto que se lo pueden quitar de las manos.
Y la última es la del pago en exceso, en la que el estafador ofrece a la víctima un pago superior al del coste del alojamiento para después solicitarle un reembolso en efectivo.
Airbnb, cada día más problemático
Airbnb no deja de ser noticia. En las últimas semanas se han conocido casos de fraudes como el que afecta a una propietaria de Barcelona que alquiló un apartamento a un supuesto ciudadano ruso con nacionalidad inglesa y se lo encontró ofertado en Airbnb por 8000 euros al mes cuando en el contrato se prohibía específicamente subarrendarlo y dedicarlo a fines turísticos.
Lo mismo le ha sucedido a otro propietario, también en Barcelona, que se ha encontrado su piso realquilado con tres literas en el comedor.
La alcaldesa Ada Colau ya ha anunciado acciones contra Airbnb (una multa de 600.000 euros, para empezar) y persecución de los pisos que se encuentren ofertados y no tengan licencia turística.
Lo cierto es que, atendiéndonos a las últimas cifras publicadas en varias ciudades, esta plataforma está contribuyendo a la gentrificación y el encarecimiento extremo de la vivienda allá por donde pasa.
Comentarios recientes