Las prejubilaciones en el sector bancario son una de las formas tradicionales de solventar los procesos de despidos colectivos, que desde 2010 ascienden a 67, según datos de UGT recogidos en Cinco Días. Las nuevas fusiones anunciadas por entidades como CaixaBank y Bankia traerán ajustes de plantilla, aunque las condiciones de salida difieren de otras épocas.
Condiciones de las prejubilaciones
A comienzos de la década de 2010 las prejubilaciones que ofrecieron bancos como BMN, Novaxacaixagalicia, Cajastur, Caja Madrid o Banca Cívica contemplaban el cobro de entre el 83% del sueldo (en el caso de Banca Cívica, 83,5% en el de Cajasol) y el 94% (Caja Madrid) y se podían acoger a ellas trabajadores de más de 55 años.
Entre 2012 y 2016 las jubilaciones anticipadas variaron la edad requerida (CaixaBank la aumentó a 59 años, pero otros bancos la redujeron a 53 y 54 años) y se rebajaron los sueldos, con un 75% como cifra habitual, con algunos casos por debajo, como CaixaBank, Bankia o Ceiss, con el 60%.
En la actualidad, un trabajador de banca solo podrá acogerse a esta modalidad de baja a una edad en torno a los 50 años, pero su porcentaje de salario no superará en ningún caso el 80% y se situará mayoritariamente en el 60%.
Las prejubilaciones que vienen
Banco Santander ha propuesto recientemente a los sindicatos una salida de más de 4.000 trabajadores con indemnizaciones de 30 días por año trabajado para los empleados menores de 55 años que abandonen la entidad, con un máximo de 20 mensualidades, mientras que para aquellos que superen esa edad y lleven en el banco más de 15 años ofrece prejubilaciones que van desde el 55% hasta el 70% del salario pensionable, en función de la edad.
Desde UGT se considera que el ajuste propuesto es “inadmisible por desproporcionado” y que “que se puede establecer un nuevo modelo organizativo y productivo que cuente absolutamente con todas las personas que forman actualmente la plantilla de Banco Santander“.
En cuanto a la absorción de Bankia por CaixaBank, en septiembre de este año UGT y CCOO solicitaban prolongar en el tiempo el ajuste tras la fusión para evitar salidas traumáticas, recurriendo preferiblemente a prejubilaciones y salidas voluntarias.
En la intervención realizada por UGT en la Junta de Accionistas de CaixaBank instaron a “minimizar el impacto de la fusión en el número de puestos de trabajo, primar la voluntariedad, mantener las condiciones laborales y realizar una integración ejemplar de la plantilla de Bankia” sin “abandonar el camino de los valores sociales de CaixaBank” que siempre la han “diferenciado”.
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